Cuando comprobamos que un recogedor suena igual que una flauta nos dimos cuenta que aquel taller no iba a dejar de sorprendernos. Joaquín, de Vibra-tó, nos enseñó esta “fabricación de instrumentos guerrillera” y cómo cualquier cosa puede servirnos para crear música.
Pajitas, tubos de PVC, aspiradoras,… todo valía para sorprendernos y para disponer una improvisada orquesta en unos minutos. La mayoría de instrumentos que fabricamos fueron de viento, así que amenazó con volver otro día para seguir con los de cuerda… nosotros le esperaremos con los brazos abiertos.
Toda una experiencia creativa y muy didáctica, porque todo lo que aprendimos podemos repetirlo con niños y no tan niños…
Por Diego Tomé